RESEÑA. Suelten a los Perros. Autor: Luis Jorge Boone.

Suelten a los Perros.  

Luis Jorge Boone.  

 

“Today is the sort of day where the sun only comes up to humiliate you.” 

―Chuck Palahniuk, Fight Club. 

 

“El mundo que no deja nunca de ser el mundo”, escribe Luis Jorge Boone (Monclova, Coahuila, 1977) en el primer cuento de “Suelten a los Perros” (Editorial Era, 2020, 168 pp.) titulado “Mi Vida con las Plagas”. Y es que ante la implacable maquinaría de exterminio que representan el tiempo y la vida misma para la raza humana, no tenemos otra opción que rebelarnos o terminar resignados y, en el peor de los casos, alienados, mezclados con el paisaje: como si la tragedia de la existencia nos despojara de nuestra condición homo sapiens para convertirnos en una pared, la barda que rodea una fábrica o un callejón sin nombre perdido en una ciudad desértica. Inmovilidades que verán pasar el flujo constante del destino hacia las consecuentes disyuntivas que como personas jamás supimos manejar.  

 

Un tratado sobre la aceptación y el entendimiento encarnado por personajes (practicantes de una filosofía pesimista) que muestran que han dado su brazo a torcer pero no como secuela de la fatalidad, el desasosiego o algún recurso efectista para producirnos lástima, no. Lo que Boone nos muestra, a través de cada historia, son las técnicas de meditación que ejerce cada poblador de su micro cosmos literario para acceder al despertar espiritual (o mínimo, la comprensión de sus desconciertos internos) ejerciendo el desdén, la desventura y la conformidad: todas éstas, inferencias que determinan nuestro rumbo frente a los giros permanentes del planeta que habitamos.  

 

En las páginas de esta colección no existe el espejismo de la realización personal o la ilusión de las redenciones personales ¿Estamos dónde queríamos estar a estas alturas de nuestras vidas? ¿Nos merecemos nuestra suerte? Y sí la respuesta es negativa ¿Por qué no reírnos del azar y del caos admitiendo indiferentes nuestro destino como sucede en las premisas principales de “Suelten a los Perros”?  

 

Es en la región norteña del país: Monclova, Cuatro Ciénagas, Arteaga y algunos otros paisajes áridos y calurosos de Coahuila, donde Boone deja vagar, sin correa, a sus cinco perros, representados por los maravillosos relatos de esta colección que hurgan en las llagas y rascan las cicatrices de todos los que en algún instante, por breve que sea, terminamos convertidos en esclavos de las expectativas, en adeptos de este culto plagado de círculos viciosos cada vez más difíciles de abandonar: esos que decretan nuestros sueños de juventud y la arquitectura de todos los amores platónicos a los que agobiaremos con nuestras atenciones, las ideas preconcebidas sobre los roles de género, la duda y la pregunta sobre qué significa exactamente haber nacido mujer u hombre o el falso e idílico escenario de que nuestra paz y privacidad personales jamás se pondrán en entredicho. Todos estos tópicos, expuestos de manera directa y sin abreviar crudezas, nos ponen en perspectiva el derrotismo latente de esta nueva contemporaneidad llamada siglo XXI.  

 

El autor, nacido en el norte del país, ha tenido una prolífica trayectoria que no sólo abarca los terrenos del cuento sino que se extiende hacia la poesía (“Traducción a Lengua Extraña”, “Bisonte Mantra”) y el ensayo (“Lados B”, “Sobre Mapas Circulares”).  

Ha sido galardonado con más de trece premios nacionales, entre los que se incluyen el “Agustín Yáñez 2019”, el de poesía joven “Elías Nandino” y el de literatura “Gilberto Owen 2013”. Además, se ha encargado de coordinar y antologar colecciones de cuento fantástico y fue becario del programa Jóvenes Creadores del FONCA.  Algunas de sus obras están traducida al inglés, al francés y al alemán. 

 

Mi vida con las Plagas, como se mencionó anteriormente, es la historia que inaugura el más reciente trabajo publicado de Luis Jorge Boone. Una rata amenaza con derrumbar el frágil equilibrio-ya de por si comprometido-en la vida de un profesor de preparatoria quien por vía de esta invasión convertida en dilema se plantea las siguientes interrogantes ¿Matar o no al agente invasor? ¿Actuar como se espera que actuemos-según los convencionalismos sociales-ante esta situación determinada y exterminar al roedor? ¿O simplemente hacerse de la vista gorda mientras el animal rasca, devora y esparce sus inmundicias por los escasos metros prestados que le sirven de vivienda y refugio ante las calamidades del destino? Un manual de frases para enfrentar la vida con una perspectiva cuasi budista y espiritual, obviamente, asimilada a la fuerza; vaivén de recuerdos y remembranzas que nos narran a detalle la perspectiva que tiene de nosotros la pareja en turno, un estudio comparativo sobre las diversas concepciones que posee la gente sobre aspectos como los azotes, ya sean animales, humanos o familiares ¿Quién en su vida no ha experimentado la amenaza de una plaga?  

 

En “Quimeras por la Mañana” el autor nos habla de las inconexiones, las desconexiones y los nexos que tenemos con otras personas. Recorriendo los párrafos de este relato nos cuestionaremos si estas experiencias son compartidas con quienes elegimos o nos eligen para interactuar afectivamente, o sólo son, en palabras de Luis Jorge “puentes fantasma por los que caen las solitarias almas humanas”. 

 

Un relato entre humorístico y aleccionador que se reproduce en las experiencias de un apesadumbrado padre de familia, distante, por el régimen de convivencias consecuencia de un divorcio, de su querida hija. Una crónica de hechos que nos lleva a visitar el “pueblo mínimo” de Arteaga, lugar donde la ex esposa del protagonista espera a su primogénita para celebrar la navidad en casa de la familia del novio. Si alguno de los personajes que deambulan por el universo de “Suelten a los Perros” encarna algún sentimiento sobre las posibilidades de venganza, es, ciertamente, en este cuento que afirma que “Todos somos el monstruo de alguien”.  

 

En la parte nuclear del libro nos encontramos con la narración titulada “El Club de Salir a Correr los Viernes”. Un nombre peculiar que pone en escena el homenaje a la relación de un progenitor y su hijo, la soledad que los conecta, (como a la mayoría de personajes de los cinco relatos), posterior a la pérdida materna y la idea general del duelo plasmada en cada una de las páginas que conforman esta historia en la que un joven experimenta la ruptura de su rutina laboral y pasa las horas durmiendo, engordando y vigilando, desde su sedentarismo, la ventana nocturna para terminar descubriendo el modus operandi de una banda infantil de desvalijadores de autos que ha asolado la región. En definitiva, uno de los dos mejores cuentos de la antología y en el que más se puede palpar el sentimiento de nostalgia. Un texto que nos regala algunas consideraciones sobre la familia, los lazos de sangre y el olvido. “El Club de Salir a Correr los Viernes” nos evidencia que “cuando más a gusto está uno es cuando más calan los baches del camino.” 

 

Existe la posibilidad de colocar en nuestras cortezas cerebrales, mientras nos entregamos al ejercicio de la lectura y la evocación, imágenes pero también sonidos, música. “Cien fotografías iguales” es quizá, el ejercicio narrativo más exigente de los que integran “Suelten a los Perros” y representa también, para su servidor, el mejor de todos. Una exposición fotográfica que se exhibe en el penúltimo cuento del libro; páginas en donde los silencios se acompañan de composición, líneas, encuadres y también soledad, dudas, desconcierto. El narrador observa las cien fotografías que Almena, su ex pareja, le ha dejado a manera de explicación, en el departamento donde el tiempo veía transcurrir sus días, entre el sexo duro, que ella prefería practicar y las conversaciones inevitablemente monotemáticas: la investigación de la mujer y sus frecuentes excursiones en busca de contexto para sus instantáneas.   

 

Almena abandona al narrador, y él, trata de encontrar las respuestas en el archivo digital que contiene 100 negativos y cien recuerdos, un enigma que busca descifrarse quitándole a la lógica sus elementos más básicos y leyendo entre líneas lo que piensa Boone sobre las relaciones afectivas “esto podría terminar aquí, sin empezar siquiera. En el fondo no hay sino una carpeta con cien fotografías iguales. Una mujer y un hombre que no alcanzaron a entenderse. El odio. O esas cosas que aparecen cuando el amor, la atracción, el enculamiento, la curiosidad se degradan. No hay historia. Nunca hubo, y no habría manera de inventarla”.  

 

Un cuento con reminiscencias a The Cure y la voz de Robert Smith cantando:  

 

“I´ve looking son long at these pictures of you 

that i almost believe that they´re real”. 

 

“Las Glorias del Cine al Alcance de Todos” es el magistral cierre de la obra. Un tour guiado hacia la génesis de un hombre que ama y descubre la naturaleza imposible y abstracta de sus aspiraciones: una, el teatro, el mundillo del arte dramático perfectamente llevado a nuestra imaginación por la pluma de Boone, en donde jamás podrá colarse al estrellato, ya sea por sus características físicas o por las formas en las que se accede a las posiciones donde se ostenta el poder y la fama. La otra, el amor carnal, platónico, dirigido hacia la belleza de una mujer que por muy cerca que esté de él, jamás estará a su alcance. Un relato con desenlace inesperado escrito con humor negro y bastante entretenido.  

 

Al desplazarnos por las primeras páginas de esta serie de cuentos encontramos el epígrafe de Ricardo Piglia que reza ““El hombre herido en el corazón, puede, por fin, mirar la realidad tal cual es y percibir sus misterios.” Fórmula quizá, bálsamo aclarador, que el autor, como propedéutico, nos entrega para que utilicemos en la interpretación de sus historias. No existe duda de que la persona que ha sufrido, gozado y padecido la vida, en la inclemencia de las circunstancias, en el anhelo de la paz interna, o en el vendaval de la ansiedad, es capaz de colocarse como carne de cañón al l principio del fin del mundo, en el filo del abismo, mientras decide gritar hacia el cielo, con toda la rabia contenida, que se dejen venir, que “Suelten a los Perros”. 

 

Esto fue El Informe Bestia. Nos leemos pronto.  

  

Ariel Alejo.